Atención involuntaria vs atención voluntaria

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Estoy segura que os habréis preguntado muchas veces por qué los niños y adolescentes son perfectamente capaces de concentrarse (y hasta obnubilarse) cuando ven la televisión, pero les cuesta mucho esfuerzo concentrarse en sus tareas o escuchar una simple serie de instrucciones.

Más allá de la diferencia en la motivación que pueden tener entre una cosa u otra (que también influye), os voy a hablar de una de las razones principales: cuando ven la televisión interviene la atención involuntaria y cuando realizan las tareas lo hace la atención voluntaria.

Además, dependiendo del tipo de atención que esté presente, utilizaremos una ruta cerebral u otra. Esto implicará, entre otras cosas, que necesitaremos mayor o menor esfuerzo a la hora de realizar cada actividad.

A continuación, os explicaré cuáles son cada una de las características de estos dos tipos de atención.

Contenidos de la entrada

Acaparadores de la atención

Antes de nada, es importante tener en cuenta que muchos medios digitales están especialmente diseñados para ser perfectos acaparadores de la atención.

Computer

La exposición de los menores a los medios digitales supone muchas veces estar sometidos a una sobrecarga sensorial y sobreestimulación importante. La incesante avalancha de estímulos, las imágenes, los colores, la intensidad y la rapidez con la que aparecen, … compiten para acaparar la atención de los niños y adolescentes.

Así mismo, los acaparadores de la atención proporcionan premios inmediatos, lo que los hace más atrayentes todavía e incitan a anhelar más.

La atención que capturan los medios digitales se llama atención involuntaria y es necesario que los niños vayan desarrollando el control cognitivo para potenciar la atención voluntaria y que, de esta manera, consigan ser capaces en el futuro de concentrarse, saber esperar y controlarse.

Atención involuntaria

La atención involuntaria se deriva del hecho de que no requiere ningún esfuerzo, responde involuntariamente a un estímulo intenso. Tiene las siguientes características definidas por Lucy Jo Palladino:

  • Pasiva: el niño o adolescente se encuentra en modo pasivo-receptivo.
  • Impulsada por estímulos externos (y controlada por ellos).
  • Reactiva: en reacción a un estímulo externo.
  • Reflexiva: determinada por las propiedades de los objetos (imágenes, sonidos, … que atraen eficazmente la parte de su cerebro que se conoce como “corteza sensorial”).
  • Impulsiva: obedece a una señal.
  • Capturada: sigue de forma involuntaria a los estímulos más potentes que la capturan.
  • Continua.

Además, en la atención involuntaria intervienen las partes más antiguas y primitivas del cerebro, las que nos generan atracción hacia la posición social, la emoción, el poder, la comida, el apareamiento, … y nos alerta de posibles peligros. Las rutas neuronales de abajo-arriba son las que sustentan la atención involuntaria.

neuronas

Esto último, podría explicar por qué nuestra atención responde de forma involuntaria a estímulos que son muy intensos y que excitan nuestros sentidos o despiertan nuestras emociones, como pueden ser las apps, juegos, televisión, mensajes, …

Atención voluntaria

Por el contrario, la atención voluntaria tiene como característica principal que requiere esfuerzo, siendo necesario ejercer voluntariamente el esfuerzo para dirigir nuestra atención. Tiene las siguientes características definidas por Lucy Jo Palladino:

  • Activa: el niño o adolescente se encuentra en modo activo.
  • Dirigida por uno mismo: se origina con un esfuerzo.
  • Volitiva: fruto de un acto de voluntad.
  • Intencionada: determinada por los objetivos personales.
  • Deliberada.
  • Asignada.
  • Solo como resultado de un esfuerzo.

Así mismo, originándose en partes más nuevas del cerebro, activa la “corteza prefrontal”, ayudándonos a alcanzar nuestros objetivos. Supone una decisión consciente de prestar atención a lo que nosotros queremos atender y no a otros estímulos.

En este caso, las rutas neuronales de arriba-abajo son las que sostienen la atención voluntaria.

Entonces… ¿qué hay que hacer?

En realidad, en la mayor parte de la actividad humana, utilizamos tanto la atención involuntaria como la atención voluntaria prácticamente al mismo tiempo. Nuestro rendimiento será mayor cuando nuestra atención involuntaria y nuestra atención voluntaria trabajen juntas, como un equipo.

Aunque no lo parezca, la atención involuntaria también tiene una parte muy buena porque los estímulos que atendemos de forma involuntaria nos pueden evocar recuerdos, aportar ideas, fortalecer nuestro interés en algo, … y también pueden hacer que nos esforcemos y acabemos recurriendo a la atención voluntaria.

Por ejemplo, imaginaros que un niño está viendo sus dibujos favoritos en la televisión. En ese momento estará utilizando su atención involuntaria, pero alguna de las imágenes que aparecen en pantalla le recuerdan a un personaje de un episodio anterior e intenta, de forma deliberada, recordar su nombre. Estaría entonces realizando un esfuerzo, un acto de atención voluntaria.

Ahora imaginaros que un niño está realizando las tareas del colegio, utilizando la atención voluntaria. En el libro de texto observa una foto que capta su interés y le sugiere una idea para uno de los ejercicios. En este caso, teniendo activada la atención voluntaria, su atención involuntaria intervino para ayudarle.

tareas

Sin embargo, si los niños tienen una atención voluntaria débil y sin objetivos significativos, la atención involuntaria les conducirá hacia los estímulos más intensos que haya en su entorno y se fortalecerán esas rutas neuronales abajo-arriba con el paso del tiempo.

Esto hará que se distraigan más fácilmente y les cueste más concentrarse en aquellas tareas que necesiten un mayor esfuerzo.

Por lo tanto, resulta necesario potenciar la atención voluntaria de los niños y adolescentes, para que, de esta forma, sean capaces de centrar la atención de forma consciente y voluntaria en las cosas importantes y los objetivos que se marquen, sin dejarse distraer por todos los acaparadores de la atención que tienen en su entorno.

Cómo potenciar o favorecer la atención voluntaria

Existen muchas formas de potenciarla, pero os dejo por aquí algunas de las más importantes:

  1. Controlar el uso de los acaparadores de la atención: desde un simple gesto como no tener la televisión encendida de fondo hasta tener un horario de uso. En mi entrada en el blog sobre “Cómo restablecer un buen uso de las nuevas tecnologías” os hago más recomendaciones importantes sobre este aspecto.
  2. Fomentar el hábito de lectura desde pequeños: los beneficios de los cuentos infantiles son diversos y muy importantes. La lectura es una actividad que ayuda a aumentar la capacidad de concentración y, por lo tanto, hará que mejore su atención voluntaria.lectura
  3. Facilitar un lugar de estudio/trabajo libre de distractores: el hecho de que tengan un lugar específico para las tareas que requieren un mayor esfuerzo es esencial. Además, debe ser un espacio ordenado y organizado, algo que les aportará estructura y calma.
  4. Ayudar con las transiciones: este aspecto es clave. A los niños les cuesta mucho pasar de una actividad que les encanta (y además no les requiere esfuerzo) a una que no les gusta tanto (e implica mucho esfuerzo por su parte). Avisarles con tiempo, regular los horarios que dedican a cada cosa, ser pacientes y mantenerlos calmados en esos momentos les ayudará mucho.
  5. Asegurar los descansos: es importante que realicen descansos cortos que les permitan parar y respirar pero que no sean tan largos como para que les descentren o desconecten en exceso.
  6. Ayudarles a establecer metas y objetivos: tener un objetivo claro es muy importante para motivarnos. Si el objetivo es demasiado grande, es importante dividirlo en algunos más pequeños, para evitar que el alcanzar el objetivo final lo vean muy lejos y les desmoralice.
  7. Vosotros sois su mayor ejemplo: podéis probar a que cuando ellos tengan que realizar las tareas del colegio, vosotros estéis cerca también realizando una tarea que os requiera esfuerzo y sea parecida, como puede ser leer o realizar tareas pendientes del trabajo. El que os vean de esta forma, les ayudará a verlo como algo habitual, se sentirán capaces y acompañados.estudio

Por último, os animo a que echéis un vistazo al Curso que he desarrollado junto a Jose María Regalado (trabajador social y especialista en competencias digitales): «Uso y abuso de medios digitales en infancia y adolescencia».

Este curso está dirigido a profesionales sociales que trabajen de forma directa con familias y menores. Les permitirá ayudarles a minimizar la influencia negativa de los medios digitales en las áreas psicológica, cognitiva, familiar y personal; y beneficiarse de su potencialidad. 

Cualquier duda que tengáis ¡os leo en comentarios!

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